Como dijo Carl Sagan: “la imaginación nos lleva a mundos en los que nunca estuvimos.”

Y me lleva a mí. Me lleva, a través del arte, a viajar por el mundo de la astronomía.

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Soy artista autodidacta. En el año 2008 empecé a dibujar, a pintar, a crear. Empecé a jugar con todas las gamas de los colores, con las luces y las sombras, con las distintas perspectivas y con la infinidad de posibilidades que me ofrecía el arte.  Diferentes materiales, aplicaciones, oleo, pintura acrílica e incluso he experimentado con pintura fluorescente que se ilumina, con luz ultravioleta, en la oscuridad.

Fue entonces cuando en el año 2015 pinté, en un lienzo, un cielo oscuro, en tonos negros y azulados, lleno de pequeñas esferas luminosas que simulaban las estrellas. Un cuadro que hizo replantearme lo que estaba pintando y lo que quería pintar.

Empecé a interesarme por la astronomía; busqué astrofotografías, de distintas nebulosas, estrellas, galaxias…, me informé sobre los observatorios, sobre los trabajos y las funciones de la NASA y me sumergí en lo más profundo del cosmos. Así fue como mis obras empezaron a ser más realistas y pasaron de ser fruto de mi imaginación a ser un reflejo de la ciencia. Las fantásticas fotografias del cosmos han llenado mi mundo de color.

Maravillada de los colores, la profundidad y la complejidad de las nebulosas, empecé mi viaje. La primera parada fue en la Nebulosa de Orión M42 y la siguieron un sinfín de nebulosas, la luna, jupiter y todo tipo de objetos del espacio profundo.

Desde ese momento, me dedico al astroarte e invierto mi tiempo en plasmar en una tela aquello que me fascina de una de las disciplinas más inspiradoras para el ser humano: la astronomía.